El duelo es un trabajo psíquico que se pone en funcionamiento cuando perdemos algo o alguien que ocupa el lugar del ideal de la persona.
Puede ser la pérdida de un amor, de un ser querido, como también de un ideal, de una posición económica, un trabajo.
El duelo es un proceso interno, penoso, que lleva tiempo superarlo. Podríamos hablar de una primera etapa, que es la de pérdida propiamente dicha, en la cual el sujeto no puede asimilar la falta del objeto. Es necesario que la libido puesta en esa persona o ideal que ya no está sea dirigida hacia nuevos objetos. Sin embargo, esto conlleva un gasto de tiempo y energía que el sujeto tendrá que atravesar.
En una segunda etapa, el trabajo del duelo absorbe al yo, el sujeto se encuentra inhibido, pierde el interés por las cosas, se siente vacío, y lo único que ocupa lugar en su mente es el recuerdo de aquello perdido.
Si bien en este momento, el sujeto esta desanimado, desinteresado, abatido, es necesario que cuente con el apoyo de su entorno, amigos y familia.
En una tercer etapa, el proceso de duelo se va atravesando gradualmente, la libido puesta en el objeto perdido debe redirigirse hacia nuevos objetos.
Este trabajo es el más difícil y el que requiere mayor tiempo pero es necesario llevarlo a cabo para que el sujeto pueda disponer de su libido y de esa manera investir nuevos objetos, realizar nuevos proyectos y continuar con su vida.
Si bien, este es un proceso que todos atravesamos alguna vez en nuestras vidas, y que se puede pedir asistencia psicológica desde el principio es imprescindible contar con apoyo terapéutico cuando el sujeto queda detenido en la segunda etapa del proceso de duelo, es decir, cuando ha perdido el interés por la vida, y solo puede pensar en el objeto que perdió; aquí estaríamos en presencia de un duelo patológico, o melancolía, lo que actualmente se conoce como depresión.
El trabajo del terapeuta es apoyar, sostener al paciente, escuchar,permitir que hable todo el tiempo que crea necesario de su perdida, ya que esta es la única manera de desinvestir al objeto perdido e investir nuevos.
Es necesario remarcar que el proceso de duelo es un proceso normal, que cada uno lo va a atravesar a su manera, y en un tiempo diferente. No se puede hablar de una regla general, pero estimamos que un duelo normal no debe llevar mas de un año.
En estos casos la tarea del terapeuta, es ayudar al paciente a desplegar todos sus recursos para que al final del proceso pueda disponer de su energía e interés y pueda seguir con entusiasmo el curso de su vida.
Lic. Lucía Di Fazio
Lic. Viviana Britez
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